Algunas de las señales que nos alertan ante una depresión infantil son:
- Los niños depresivos generalmente presentan muy baja autoestima. Se sienten torpes, que todo les sale mal, que no son capaces de conseguir nada, que estorban,…
- Muestran baja tolerancia a la frustración. Se desesperan ante cualquier contratiempo, sin mostrar estrategias o recursos para afrontarlo.
- Tienen una visión negativa o pesimista de la vida. Tienden a colocar el foco de su atención en los aspectos negativos o los contras de las situaciones. Infravaloran las ventajas.
- Pueden tener desajustes en la alimentación y el sueño. Pueden pasar por momentos de falta de apetito o, todo lo contrario, encuentran en la comida una manera de calmar la ansiedad. Con el sueño sucede algo parecido o presentan insomnio o un letargo excesivo.
- Además, también es frecuente que aparezca un bajo nivel energético: pocas ganas de moverse o de hacer cosas, lentitud o cansancio constante.
- En ocasiones pueden aparecer ideas sobre la muerte. Piensan en que las cosas serían mejor si ellos no estuvieran.